El Palacio del Mexuar de la Alhambra

El palacio del Mexuar fue de las primeras construcciones palatinas de la Alhambra y deslumbra por su bella decoración y arquitectura. ¿Quieres saber qué función tenía este espacio y de qué salas se compone? Pues acompáñanos en esta visita.

Qué es el Palacio del Mexuar

Es uno de los tres que componen los Palacios Nazaríes de la Alhambra, y el más antiguo. Es muy difícil saber cómo era en su aspecto originario, ya que han sido muchas las reformas y modificaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo. La Sala del Mexuar es, sin duda, una de las estancias más importantes del complejo palatino. Fue el rey Ismail I quien comenzó su construcción, siendo el primer palacio que se construye en la Alhambra y el más primitivo. Los sultanes que lo sucedieron fueron modificando las diferentes estancias y añadiéndole elementos. El Palacio está compuesto por dos patios, la Sala del Mexuar que da su nombre y un oratorio.

¿Qué significa Mexuar y qué función tenía el palacio?
La palabra “Mexuar” tiene su origen en la palabra árabe “Maswar”, que significa “lugar donde se reúne el gobernante” o “la Sura o Consejo de Ministros”. El Palacio del Mexuar le debe el nombre a la Sala del Mexuar que era el lugar donde se realizaban los asuntos de gobierno y se administraba justicia.
EDUARDO DÍAZ. Guía oficial de la Alhambra

De qué salas y espacios se compone

Patio de la Mezquita o de la Madraza

El Patio de la Mezquita, también llamado Patio de la Madraza, es el primero de los espacios exteriores que nos encontramos en el Palacio del Mexuar. Del lugar solo nos han llegado los restos de estructuras que nos indican la función que habrían tenido en la época.

En primer término, nos aparece una zona destinada a los asuntos administrativos y judiciales. Después, imponente, se nos abre ante nuestros ojos los restos de una Madraza, donde la élite noble de la época se formaba para servir en la corte del sultán. También se aprecia una mezquita orientada a la Meca. El siguiente artículo profundiza más en detalles sobre este curioso patio:

Patio de la Mezquita en el Mexuar de la Alhambra

Patio de Machuca

Por una escalera se accede al Patio de Machuca, un espacio exterior que existe antes de entrar a la Sala del Mexuar. El centro del patio está ocupado por dos fuentes circulares que vierten el agua en una curiosa y extraña alberca de bordes lobulados. El Patio de Machuca ha sido muy modificado en época cristiana y, como curiosidad, sirvió de residencia a Pedro Machuca, el arquitecto del Palacio de Carlos V. En su pórtico norte sobresale la pequeña Torre de Machuca, y no sabemos con certeza si el pórtico sur tenía análogas características, pero Torres Balbás levantó una arquería de cipreses que es lo que existe en la actualidad. Para más información el siguiente artículo:

Patio de Machuca

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La Sala del Mexuar

La Sala del Mexuar fue una de las primeras estancias que se construyeron, aunque no se tiene claro su origen. Ha sufrido muchísimas modificaciones a lo largo de la historia, tanto por los cristianos, como por los cambios que sufrió tras la explosión de un polvorín en 1590 que la destruyó en parte. Por estos motivos se le ha perdido la pista de cómo podría haber sido la distribución original.

Fue construida por orden de Ismail I y modificada por su hijo Mohammad V. Era el lugar donde se administraba la justicia, se gobernaba y se gestionaban los asuntos administrativos. Con la caída del reino nazarí y la conquista cristiana, los Reyes Católicos la convirtieron en capilla.

Su planta es cuadrada con cuatro columnas de mármol en el centro de la sala con capiteles que aún conservan su decoración policromada. Las cuatro paredes están alicatadas de azulejos, y justo encima de estos, la pared está decorada con yeserías y pinturas. Por encima del alicatado hay también una banda epigráfica donde se puede leer:

“El reino, la Grandeza y la Gloria es de Dios”

El techo fue reformado en época cristiana, y el original no se ha conservado. Probablemente las cuatro columnas situadas en la sala sostenían una cúpula que fue desmontada en 1540. Originariamente, también existía una cámara elevada cerrada por celosías donde se sentaba el sultán en las audiencias para escuchar sin ser visto. Los Reyes Católicos, al convertir la sala en capilla, le añadieron una planta en la parte superior. Ya en los siglos XIX y XX se añadieron ventanas a la estancia. El siguiente artículo aborda más profundamente esta sala:

La Sala del Mexuar y Oratorio

Oratorio

Los musulmanes tienen la obligación de rezar cinco veces al día, por este motivo era necesario la instalación de un oratorio en el Mexuar. Era una pequeña mezquita cuya orientación, como no podía ser de otra manera, estaba en dirección a la Meca. En uno de sus extremos está un mihrab, un equivalente al altar cristiano, desde donde el imán dirigía la oración. La parte superior de toda la sala del oratorio está decorada con frisos en los que se muestra el escudo de los nazaríes y la siguiente frase: “Sólo Dios es vencedor”.

En sus orígenes, al oratorio se accedía por el Patio de Machuca, y el nivel del suelo estaba más alto, rebajado posteriormente para facilitar su visita. Lo más espectacular son las vistas que hay desde sus ventanas, donde se aprecia una maravillosa perspectiva de todo el barrio del albaicín. Podemos imaginarnos al sultán, sentado en el suelo y con los brazos apoyados en el alféizar, llevando a cabo sus oraciones mientras contemplaba el paisaje a través de la ventana y meditaba sobre sus asuntos.

Desafortunadamente, una explosión de un polvorín en 1590 destruyó toda la sala, que no pudo ser restaurada hasta 1917. Por eso no se tienen apenas nociones de cómo habría sido el oratorio cuando fue levantado. Pero estando en él nos imbuimos de la magia del lugar, y podemos imaginarnos los momentos de oración del sultán y su corte.

Patio del Cuarto Dorado

En el Patio del Cuarto Dorado el sultán recibía en audiencia especial a sus súbditos. Se accede a él a través de una pequeña puerta de herradura diseñada intencionadamente con ese tamaño para procurar el paso de una sola persona a la vez y así controlar los accesos. Después eran conducidos por los guardias a través de una galería porticada al Cuarto Dorado, donde esperaban su turno para su audiencia con el sultán.

En la parte opuesta del patio, en la Fachada de Comares, se sentaba el sultán en una jamuga rodeado de sus guardias. Se situaba entre las dos puertas de la fachada, y desde ahí escuchaba y atendía las peticiones y ruegos de los súbditos. Nos podemos imaginar la escena: los súbditos debían alzar la voz por encima de las cabezas de los soldados que protegían al monarca, mientras que las mujeres de la corte podían observar la audiencia desde las ventanas que están justo encima.

El pórtico del Patio del Cuarto Dorado es de una factura bellísima. Los arcos del pórtico los sostienen columnas con capiteles de estilo almohade tallados en piedra. En el centro hay una fuente de mármol baja con gallones, y a un lado hay una reja por la que se accede al camino de guardia abovedado que comunica el Patio del Cuarto Dorado con el Patio de la Reja.

Cuarto Dorado

El Cuarto Dorado se encuentra en la parte norte del patio con el mismo nombre y fue decorado originariamente por Muhammad V. Es llamado así por la techumbre de madera de su interior cuya decoración está compuesta por motivos ornamentales dorados a los que se añadieron motivos heráldicos y decorativos en época de Reyes Católicos. Aún no se sabe con certeza la función que tenía esta sala en época nazarí, pero se cree que fue utilizada por los secretarios y administradores de la corte para anotar y organizar la ejecución de las sentencias y dictados del sultán.

En la pared frontal de esta sala hay un balcón dividido por una columna de capitel cristiano y friso de mocárabes. El capitel de la columna está decorado, al igual que otras partes de la estancia, con el escudo y los emblemas de los Reyes Católicos. Para saber más el siguiente artículo: