La Sala del Mexuar y Oratorio
La Sala del Mexuar es uno de los primeros espacios palatinos nazaríes de la Alhambra. Este lugar forma parte de todo el Palacio del Mexuar, un lugar que cualquier persona debe visitar, al menos, una vez en la vida. Por su parte, el Oratorio es una bella estancia orientada a la Meca con unas espectaculares vistas al Albaicín. ¿Quieres conocer estos maravillosos lugares? Acompáñanos en esta visita virtual guiada.
Qué es la Sala del Mexuar y dónde está situada
La Sala del Mexuar es uno de los espacios que conforman el Palacio del Mexuar de la Alhambra, y el que le ha dado el nombre. A su vez, este palacio es el más antiguo de los tres que conforman los Palacios Nazaríes. Para visitarlo debemos sacar la entrada general a la Alhambra donde se incluye la visita a los Palacios Nazaríes. Si quieres más información, los siguientes artículos resolverán todas tus dudas:
Te recomendamos que para disfrutar aún más de la Alhambra te acompañes de un guía oficial para que te explique todos los rincones mágicos de este lugar y resolver todas tus dudas:
Qué función tenía
La palabra Mexuar deriva del término árabe “Maswar” que en su traducción al castellano viene a significar “espacio del Consejo de Ministros” o “lugar donde se reúne el Gobernante”. Esto nos da una idea clara de la funcionalidad que podría haber tenido esta estancia. Es muy probable que en época nazarí sirviese como sala para gestionar los asuntos de gobierno o, quizás, para administrar justicia por parte del sultán.
Para algunos la sala era el lugar donde se reunía la Shura (Consejo de Ministros); sin embargo, otros especialistas defienden que la estancia tendría diversos usos, tanto para gobernar, administrar el reino, impartir justicia e, incluso, como salón del trono del sultán. Quizás esta última teoría sea la que más se adecúa a este espacio puesto que muchas de las salas de los Palacios Nazaríes eran multiusos y no tenían una sola función.
Quién la construyó
La construcción del palacio y la sala del Mexuar correspondería al reinado de Ismail I (1314-1325). En esta época la sala constituía la estructura central del palacio hasta el reinado de Muhammad V, que la adaptó a su programa palatino. Tras la conquista cristiana la sala dejó de tener la funcionalidad tradicional para convertirse en capilla cristiana.
Arquitectura y planta
A la sala se accede a través de un patio estrecho que nos conduce a una entrada adintelada con un alero de madera sobre dos ménsulas apilastradas. No se conservan los alicatados de la parte inferior de la entrada, pero sí tiene las yeserías en su parte superior y un techo de umbral. Esta entrada a la sala del Mexuar fue denominada en época nazarí como el Vestíbulo del Alcázar y formó parte al cierre de su antigua entrada estucada cuyos restos están integrados en el muro.
Originariamente el espacio tenía menores dimensiones y se distribuía en torno a las cuatro columnas centrales. La sala es de planta cuadrada delimitada por cuatro columnas de mármol que en época nazarí sostenían una preciosa cúpula ceñida. Esta fue desmontada hacia 1540 para añadir una planta superior con varias habitaciones.
Esta sala ha sido una de las más modificadas a lo largo del tiempo. En época nazarí debemos suponer que no había ventanas y la única luz que entraba era a través de un tragaluz en el techo. Al fondo habría un espacio elevado cerrado con una celosía de madera y que sería el lugar donde se dispondría el sultán durante las audiencias. La habitación dispondría de corredores a los lados, un amplio pórtico y un jardín con alberca, actualmente desaparecidos todos estos espacios.
La conquista cristiana vendría a modificar profundamente este lugar. La sala se amplió para abrir varias ventanas a sus lados. Durante el reinado de Carlos V el Mexuar se convirtió en capilla cristiana añadiéndole un balcón de madera para el coro. Frente al coro, y justo a la derecha de la entrada a la sala, se sitúa el altar, flanqueado originariamente por dos columnas de Hércules. Una de ellas fue retirada para abrir el acceso a la estancia.
Decoración de la sala
La continuas modificaciones y usos del Mexuar han terminado dejando impronta en su decoración, donde conviven elementos cristianos y musulmanes. Y como ejemplo están las columnas de Hércules con el tema Plus Ultra que aparecen por la estancia.
Como hemos dicho antes, en época de Ismail I existió una increíble cúpula de cristal sostenida por las cuatro columnas que hay actualmente. Estas sí se han conservado, aunque modificadas. Son de mármol y sus capiteles aún mantienen su decoración policromada original. En la actualidad el techo de madera de cedro es un alfarje con decoración de lacería.
El alicatado de la parte inferior de las paredes no es el original, sino traído de otro lugar. Los azulejos presentan una decoración a base de estrellas por las cuales se van alternando el escudo imperial español que se nos presenta con el águila bicéfala, el lema nazarí en árabe y el escudo de los gobernadores cristianos de la Alhambra.
Justo encima de los alicatados se dispone una banda epigráfica donde se puede leer lo siguiente: “al-mulk li-l-lah, al qudra li-l-lah, al-‘iza li-l-lah” que significa “El reino, la grandeza y la gloria es de Dios”. Un lema escogido por los moriscos cristianos. En época nazarí esta banda epigráfica contenía hermosos poemas con letras “recubiertas por panes de oro purísimo entre lapislázuli molido”.
El Oratorio del Mexuar
El Oratorio, también llamado Sala de Oración, se encuentra anexado a la Sala del Mexuar por su lado norte. Es un íntimo espacio de planta rectangular construido durante el reinado de Yusuf I con bellas vistas al Albaicín. Se constituye en pequeña mezquita con una orientación diferente a la de la propia sala, en dirección a la Meca.
Lo que más destaca de este espacio es su mihrab que tiene planta poligonal y arco de herradura. En él se colocaba el Corán para la oración y encontramos una inscripción en la que dice lo siguiente: “No seas negligente y ven a la oración”.
Esta estancia ha sido muy reformada a lo largo del tiempo. La primera intervención se realizó entre 1868 y 1889, en el contexto de las restauraciones de la Alhambra promovidas esos años. El Oratorio se anexó a la Sala del Mexuar para lo que fue necesario horadar el muro y rebajar el suelo original que estaría a la altura del poyete que hoy en día nos encontramos debajo de las ventanas.
La segunda intervención la llevó a cabo Torres Balbás en los años 30 del siglo pasado y donde se quería recuperar el carácter originario que habría tenido el Oratorio. En los últimos años se han abordado algunos trabajos de conservación tanto de los elementos decorativos como de las cubiertas, con el objeto de conservar y mantener en buen estado esta maravillosa estancia. Gracias a las nuevas tecnologías se han descubierto nuevos elementos constructivos originarios e identificar la policromía que tendría la madera y las yeserías de la pared.
En la visita a la Alhambra este espacio solo puede ser visitado desde la Sala del Mexuar, y no se puede entrar en su interior, por razones de conservación. Pero sin duda el visitante podrá contemplar todo el flanco norte del Oratorio con ventanas abiertas al Albaicín y unas vistas inigualables.
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