Sala de los Abencerrajes
La Sala de los Abencerrajes del Palacio de los Leones tiene una de las cúpulas de mocárabes más bellas de toda la Alhambra. Es una auténtica maravilla contemplarla. La estancia alberga una leyenda de traición y sangre que ha llegado hasta nuestros días. ¿Quieres conocerla?
Visita a la Alhambra
La Alhambra es uno de los lugares más fascinantes que podemos encontrar en todo el mundo. Si te has planteado alguna la visita, aquí te dejamos toda la información que necesitas: horarios, cómo conseguir entradas, precios, guías oficiales que te acompañen y mucho más.
¿Dónde está situada?
Los Palacios Nazaríes de la Alhambra albergan el Mexuar, el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones. Es en este último donde se integra la Sala de los Abencerrajes, más concretamente en la parte sur del Patio de los Leones, y se constituye como vivienda independiente.
¿Quién mandó construirla?
Según las inscripciones que se encuentran en los mocárabes de la cúpula, fue el sultán del reino nazarí, Mohammed V, quien mandó construir la Sala de los Abencerrajes en la segunda mitad del siglo XIV. Fue este mismo sultán el que encargó la construcción del Palacio de los Leones y tanto su reinado, como el de su padre Yusuf I, significó el punto de inflexión del mayor periodo de esplendor del arte nazarí de Granada.
El origen del nombre de la Sala de los Abencerrajes
El nombre de esta estancia del Patio de los Leones le viene dado por la leyenda que encierra sus muros, un trágico episodio que tiene como protagonistas a la familia de los Abencerrajes. Es una de las leyendas medievales más famosas de toda la Alhambra y las diferentes crónica árabes y cristianas nos confirman la existencia de este linaje familiar y su final terrorífico. Pero no nos adelantemos a la historia.
¿Quiénes eran la familia de los Abencerrajes?
Los Abencerrajes eran una familia que ya en el siglo XI aparecen en las cortes de los reyes de taifas. A partir de aquí sus diferentes miembros y sucesivas generaciones se dedicaron a las armas, la política y al campo de la ciencia y la cultura, pero siempre muy cerca del ámbito cortesano.
Ayudaron al rey Boabdil a llegar al trono y tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos se trasladaron a vivir a la Alpujarra. Poco tiempo después, en 1493, decidieron vender todas sus propiedades en España y se trasladaron definitivamente al norte de África.
No son pocos los cuentos y romances que hablan de ellos como “la flor de Granada”, aludiendo a la fama y nobleza que siempre acompañaba a esta familia.
Una historia de rivalidad
Esta famosa leyenda da comienzo con la enemistad que había entre la familia de los Zegries y la de los Abencerrajes por conseguir el favor del sultán Muley Hacén de Granada, dentro de un periodo de luchas dinásticas en el reino nazarí. Pero eran los Abencerrajes los que contaban, no solo con el favor del sultán, sino también la simpatía del pueblo, pues su fama les precedía.
Los Zegries, carcomidos por la envidia y deseosos de terminar con la familia a la que tanto odiaban, buscaban cualquier excusa para derribar a los Abencerrajes. Eran constantes los ataques de los Zegries a los Abencerrajes, y no desaprovechaban oportunidad para desprestigiarlos.
De esta manera convencieron al sultán de que los Abencerrajes estaban conspirando contra él y que uno de sus miembros, el caballero Aben Hamete, se veía a escondidas con la reina Moraima. Esto último fue contado por un miembro de los Zegreis al sultán, jurándole que había visto a su esposa y a un caballero Abencerraje “en deshonestos deleites”.
De esta manera el sultán terminó convenciéndose de que los Abencerrajes le habían traicionado y tramó acabar con ellos con la ayuda de la familia de los Zegries
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La leyenda de los Abencerrajes
Lo que ocurrió a continuación bien puede pasar por un episodio de la famosa serie Juego de Tronos, porque el acontecimiento es muy parecido al capítulo de la Boda Roja.
El sultán invitó amablemente a todos los miembros de los Abencerrajes para que asistiesen a un banquete a palacio. Según la leyenda asistieron 36 caballeros Abencerrajes que estaban disfrutando del banquete en la actual Sala de los Abencerrajes del Patio de los Leones de la Alhambra.
En un momento dado, el sultán Muley Hacén, en connivencia con las familias de Zegríes y Gomeles, muy bien armados y preparados, mandó perpetrar tan horrible matanza. Los 36 caballeros fueron asesinados y degollados uno a uno.
Fue tal la sangre que se derramó que se dice que el color rojizo que hay en la fuente de la sala y en el canal que conduce el agua hacia la Fuente de los Leones es producto de la sangre que derramaron los caballeros Abencerrajes, y que desde aquél día no ha podido borrarse.
Arquitectura y planta
La Sala de los Abencerrajes constituye una vivienda independiente dentro del Palacio de los Leones de la Alhambra, situándose en su parte sur. Su estructura gira en torno a una gran qubba que contiene una extraordinaria cúpula de mocárabes de composición tridimensional.
La Sala no tiene ninguna ventana exterior (salvo las que se abren en la cúpula), lo que lleva a pensar que podría haber sido la alcoba privada del sultán. Aunque tenemos que tener en cuenta que no se puede confirman este uso privado.
Tras la puerta de entrada a la sala hay un pasillo trasversal que conduce a una letrina y al piso superior, donde se sube por una escalera. Este piso alberga varias estancias que controlaban la entrada a la Sala de los Abencerrajes.
Decoración
Aún se mantiene original mucha parte del estuco y la policromía de las que se revestía todas las paredes de la sala, desde el intradós del arco hasta todos los paños de sebka. Lo más espectacular de la estancia es la cúpula, pero no se quedan atrás los alicatados sevillanos que decoran las paredes, originarios del siglo XVI, que se despliegan tras un doble arco en dos alcobas laterales.
Las alcobas están separadas del espacio principal por delicadísimas columnas con capiteles estofados en azul y tienen techumbres de madera policromada. En las alcobas se disponían los lechos, las camas turcas y los braseros, aislándose estos espacios con cortinas del resto de la estancia. Los arcos de las columnas son de muy bella factura, adornados de diferentes formas en las que se inscribe el escudo nazarí junto la palabra al-baraka (la bendición).
La cúpula de mocárabes
La cúpula de mocárabes de la Sala de los Abencerrajes es verdaderamente un elemento decorativo espectacular, solo comparable con la cúpula de la Sala de las Dos Hermanas. La cúpula se asienta sobre un tambor en forma de estrella donde se abren las ventanas de medio punto que son las que dejan entrar la luz. Las maravillosas pechinas también están rodeadas de mocárabes.
La cúpula representa una bóveda celeste que, al igual que el cielo, se mueve durante todo el día con la luz que entra por los ventanales. Es una alegoría al paraíso que se ha terminado convirtiendo en uno de los elementos decorativos más importantes de la Alhambra.
En el centro de la sala está una fuente dodecagonal de mármol cuya canalización va a parar a la Fuente de los Leones, al igual que las restantes fuentes de las estancias del Palacio. El agua de la fuente refleja la maravillosa cúpula. Dependiendo de las horas del día la luz incide de forma distinta en los mocárabes del techo, reflejándose a su vez en el agua cristalina de la fuente, y creando un ambiente distinto en la sala. Toda una maravilla que puedes contemplar en tu visita a la Alhambra.
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