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Jardines de la Alhambra: los más antiguos de Occidente

Los jardines de la Alhambra constituyen una serie de espacios verdes que rodean y se integran en la arquitectura del conjunto palatino entrando en simbiosis con el entorno y el agua. Son creados para el deleite de los sentidos, como un elemento decorativo por el cual los musulmanes pretendían bajar al mundo terrenal el paraíso mahometano. Los jardines son un auténtico espectáculo para los cincos sentidos que deben visitarse, al menos, una vez en la vida.

VISITA A LOS JARDINES: ENTRADAS, PRECIOS Y HORARIOS

Los jardines son visitables junto a todo el complejo palatino. Es necesario sacar la entrada general para poder disfrutarlos. En el siguiente enlace tienes toda la información concisa y detallada sobre los diferentes tipos de entradas a la Alhambra y sus precios:

Hay una entrada específica para visitar los jardines que incluye los jardines de San Francisco, los del Partal, el Jardín de los Adarves de la Alcazaba y los jardines bajos y altos del Generalife. En el siguiente enlace tienes toda la información sobre precios y horarios:

El horario para visitar la Alhambra es distinto dependiendo de la época del año:

  • Horario de verano (1 de abril – 14 de octubre): de 8:30 a 20:00
  • Horario de invierno (15 de octubre – 31 de marzo): de 8:30 a 18: 00

En el siguiente enlace te especificamos todos los horarios de la Alhambra, tanto para su visita diurna como nocturna, así como el horario de visita con la entrada de jardines:

¿QUÉ JARDINES SE PUEDEN VISITAR GRATIS?

Patio de los Arrayanes con la Torre de Comares al Fondo
Otra espectacular imagen del Patio de los Arrayanes. Al fondo, y reflejada también en el agua, está la Torre de Comares que alberga el Salón de los Embajadores

Para visitar la inmensa mayoría de jardines necesitaremos sacar la entrada a la Alhambra. Sin embargo, hay algunos jardines que se pueden visitar gratis sin entrada, como son los Jardines de San Francisco o los preciosos jardines del Carmen de los Mártires. Es una inmensa suerte que estos últimos sean gratuitos para todos los visitantes. También podremos darnos un paseo por el bosque de la Alhambra que se extiende por toda la colina de la Sabika y rodea el conjunto palaciego.

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QUÉ TIPOS DE JARDINES ECONTRAMOS EN LA ALHAMBRA

Sus más de siete siglos de existencia han dado para mucho, sobre todo si hablamos de jardines. Los nazaríes iniciaron la construcción de la Alhambra e integraron una serie de jardines en simbiosis con la arquitectura y el agua que han llegado hasta nuestros días. Pero la ocupación de la Alhambra por los cristianos y las diferentes restauraciones han imprimido su sello y nos han dejado los jardines que actualmente podemos visitar.

El Jardín nazarí

Patio de la Acequia del Generalife
Foto del Patio de la Acequia del Generalife recorrido por la Acequia Real

Los jardines medievales son una pieza rara en nuestros días. Son pocos los que se han conservado, pero por suerte en la Alhambra podemos encontrar los jardines vivos más antiguos de Occidente. Han perdurado a lo largo de 600 años a todo tipo de avatares sociales y políticos y hoy en día es uno de los elementos más preciados de la ciudad palatina. Sobre todo, porque se conservan con su disposición originaria medieval rodeados de los edificios para los que fueron creados, aunque transformados.

Entre los jardines nazaríes que aún se conservan tenemos el Patio de Comares (o Patio de los Arrayanes), el Patio de los Leones y algunas partes del Generalife.

El jardín renacentista

Tras la conquista cristiana los nuevos inquilinos de la Alhambra fueron plenamente conscientes de la importancia de los espacios ajardinados y se dedicaron a su conservación y mantenimiento, pero también a su transformación. Se crearon nuevos espacios naturales dentro del recinto con el sello inconfundible del Renacimiento.

Los jardines renacentistas más importantes son el Patio de la Reja y el Patio de Lindaraja, levantados durante la época de los reinados de Carlos V y Felipe II; el Jardín de los Adarves, que se sitúa en el foso meridional de la Alcazaba, diseñado en el siglo XVII bajo el patrocinio del marqués de Mondéjar; y el claustro del convento de San Francisco, obra del siglo XVIII con una singular belleza.

El jardín romántico

Foto de los Jardines del Generalife
Fuente en los Jardines Altos del Generalife

 

El Romanticismo impregnó toda la vida cultural de la sociedad europea del siglo XIX. La Alhambra no podía quedar al margen de las nuevas tendencias y se crearon nuevos espacios junto a los ya existentes. Un ejemplo sería el Mirador Romántico, situado en el Generalife. Lo encontramos una vez que hemos ascendido por la famosa Escalera del Agua y fue construido por Don Jaime Traversa en 1836, administrador de las fincas pertenecientes a los marqueses de Campotéjar, antiguos dueños del Generalife. El mirador tiene un estilo neogótico y está rodeado de románticos jardines.

Los Jardines del siglo XIX y XX

Durante el siglo XX emergió la figura del restaurador e historiador del arte Leopoldo Torres Balbás. Sin él no podríamos entender la actual Alhambra. Sus planes de restauración siguieron criterios científicos y modernos, apartándose definitivamente de las restauraciones decorativas que le precedieron. Estos criterios también los aplicó en los jardines y como resultado tenemos el Patio de Machuca y los Jardines Altos del Partal.

En estos dos lugares Torres Balbás diseñó la jardinería de forma novedosa; en el Patio de Machuca introduce la toparía sobre cipreses para dar un aspecto de muro calado que a su vez es un jardín; con respecto a los Jardines Altos del Partal, crea una simbiosis entre las ruinas nazaríes y el jardín inspirándose en los carmenes granadinos.

CUÁLES SON Y DÓNDE ESTÁN SITUADOS

Jardines del Palacio del Partal
Jardines que se encuentran alrededor del Palacio del Partal

Patio de los Arrayanes

El Patio de los Arrayanes constituye uno de los jardines medievales más importantes de la Alhambra y uno de los más antiguos del mundo. Se encuentra situado dentro de los Palacios Nazaríes, en el patio del Palacio de Comares. Este lugar, al igual que el Patio de los Leones, representa un jardín atípico donde el agua, la vegetación y la arquitectura se integran para crear un espacio de naturaleza donde sentir la humedad y el viento, oler los aromas, tocar el agua y la vegetación y contemplar la belleza que nos rodea.

Pertenece a la tipología de jardines que contienen una alberca central que refleja en sus tranquilas aguas toda la arquitectura circundante. Flanqueando la alberca a ambos lados hay dos enormes setos de arrayanes recortados (también llamados setos de mirto), la especie vegetal por antonomasia de los nazaríes, y que le da el nombre a este magnífico patio. La especie actual del patio corresponde al arrayán común y no al original, el arrayán morisco.

Fotografía del Patio de los Arrayanes en la Alhambra de Granada
Foto de la impresionante alberca del Patio de los Arrayanes desde el pórtico

Como curiosidad, todas las primaveras el Patio de los Arrayanes recibe la singular visita de los vencejos, aves que nunca se posan y que se pasean con su peculiar aleteo por todos los patios en su camino migratorio hacia África.

Patio de los Leones

El Patio de los Leones, representa el culmen del arte nazarí de Granada. Es el eje central del Palacio de los Leones y se concibió como jardín islámico que, a su vez, es heredero del jardín persa. Este pretendía representar los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego mediante cuatro puntos cardinales que convergen en la Fuente de los Leones, fuente de vida en la cual todo brota.

En este patio los puntos cardinales son los canales de agua que salen de las cuatro estancias principales del palacio y que representarían los cuatro ríos de Paraíso islámico. Al igual que en el Patio de los Arrayanes, el agua es el elemento fundamental de este bello jardín arquitectónico y el que vertebra todo el esp

Guía oficial explicando el Patio de los Leones en una visita guiada en la Alhambra de Granada
La mejor forma de visitar los jardines de la Alhambra es de la mano de un guía experto en paisajismo para conocer el conjunto palatino desde otro punto de vista ¿Te unes a la visita?
Eduardo Díaz
Guía oficial de la Alhambra

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Alrededor del patio se disponen cientos de columnas que simulan un bello bosque de palmeras y dos templetes en los lados cortos del patio. Es un jardín peculiar donde la propia arquitectura representa la naturaleza. Los nazaríes llamaron al Patio de los Leones el “jardín feliz”, y tenían razón.

Jardín del Patio de Lindaraja

Originariamente el Jardín del Lindaraja era un espacio abierto con increíbles vistas al Albaicín de Granada. Con ocasión de la visita del emperador Carlos V se acondicionó este lugar y se cerró en el siglo XVI al construirse las llamadas Habitaciones del Emperador, lugar donde se integra. Su nombre le viene dado por el famoso Mirador de Lindaraja que se sitúa en su parte superior y que preside el patio.

Vistas del Patio de Lindaraja desde las ventanas del Mirador de Lindaraja
Vistas del Patio de Lindaraja desde las ventanas del Mirador de Lindaraja

Este precioso patio de crucero es también llamado Jardín de Daraxa o Jardín de los Naranjos y está cerrado por tres crujías. La fuente barroca del centro, instalada en 1626, está hecha de piedra de Sierra Elvira y es una copia de la original nazarí que se encuentra expuesta en el Museo de la Alhambra.

No se sabe con certeza qué tipo de vegetación tendría el jardín en época musulmana, cuando estaba abierto al exterior, pero se especula con naranjos y distintas variedades de frutas y flores. Lo que sí tenemos muy claro son las especies vegetales que hay en la actualidad: encontramos los famosos setos de Boj recortados en cuadros que abrazan en su interior las flores moradas de los agapantos y las bellísimas flores rosas de las peonías. Es todo un espectáculo visitar este lugar en primavera. Y cómo no podían faltar los cipreses, árboles imponentes de más de 20 metros que ensombrecen el lugar y le dan un aspecto romántico.

Jardín de los Adarves

Jardín de los Adarves en la Alcazaba de la Alhambra
Jardín de los Adarves en la Alcazaba

El jardín de los Adarves se encuentra ubicado en el interior de la Alcazaba de la Alhambra, más concretamente en la cara sur del recinto fortificado. El espacio era en su origen un gran foso que fue rellenado en el siglo XVII dentro de un programa general de reformas con la finalidad de adaptar la Alcazaba para la artillería de la época. Sin embargo, la expulsión morisca en 1609 supuso la desaparición de cualquier amenaza para la Alhambra y su uso militar ya no tenía sentido, transformándose en un lugar de esparcimiento.

El jardín tuvo una gran transformación durante la ocupación de las tropas francesas en el siglo XIX que ha perdurado hasta nuestros días. Se adaptó a las formas típicas de un jardín francés: alargado con setos de Boj, destacando las dos palmeras más grandes de todo el conjunto palatino y un impresionante magnolio. En la pared norte del jardín se sitúan una parra virgen y varios naranjos en espaldera. A la salida nos encontraremos unas escaleras que están recubiertas por una pérgola de hierro en la que se enreda una bellísima glicina; también algunas flores de maceta como los ranúnculos de varios colores y alelíes blancos.

También es llamado Jardín de los Poetas ya que fueron muchos artistas los que describieron y pintaron este maravilloso lugar, entre ellos Mariano Fortuny o Joaquín Sorolla.

Patio de la Reja

Patio de la Reja en la Alhambra
Patio de la Reja

El Patio de la Reja es un pequeño espacio renacentista abierto al exterior que recibe el nombre del curioso balcón corrido de rejería ubicado en su parte superior que data de 1654 y 1655, y que servía para comunicar las habitaciones de esa planta. Está situado en las denominadas Habitaciones del Emperador, un espacio en el Palacio de Comares que fue acondicionado para que fuese habitado por el emperador Carlos V y su esposa Isabel de Portugal en la visita que hicieron a Granada en 1526.

Constituye un patio pequeño con un jardín interior a modo de claustro cristiano y con una fuente de mármol blanco en su centro con un diseño octogonal muy curioso. En cada una de las esquinas del patio hay colocados cuatro cipreses que se alzan imponentes en busca de la luz. Constituye una bonita mezcla entre el jardín nazarí y los nuevos elementos arquitectónicos renacentistas que se estaban dando en el momento que fue construido.

Jardines del Generalife

Fuente en jardines del Generalife
Una de las fuentes que hay en los Jardines Bajos del Generalife

El Generalife de la Alhambra fue concebido como almunia para el descanso y esparcimiento del sultán, por este motivo se levanta alejado del conjunto palatino, en el denominado Cerro del Sol. En el Generalife podemos disfrutar de los jardines más bellos de todo la Alhambra, donde coexisten espacios ajardinados originarios de época nazarí, renacentistas, decimonónicos y jardines del siglo XX. Pero también hay espacios de huertas donde se cultivaban hortalizas y frutales que llenaban la despensa del sultán. Hoy en día estas huertas siguen trabajándose de la manera tradicional.

Dentro del Generalife nos encontramos los Jardines Nuevos, las huertas, los jardines del Patio de la Acequia, el Patio del Ciprés de la Sultana, el Mirador Romántico y los Jardines Altos. Toda una experiencia que recomendamos para cualquier enamorado de los jardines.

Jardines de San Francisco

El jardín de San Francisco rodea el Parador con el mismo nombre que se sitúa en la Medina alta de la Alhambra. Desde la Puerta del Vino podemos continuar por la Calle Real hasta llegar a este maravilloso espacio ajardinado. El Parador, incluido en la red nacional de paradores, inició su andadura en 1954 y se instaló en el antiguo convento de San Francisco del siglo XV. Es muy probable que el convento, a su vez, se levantase sobre un importante palacio en una zona urbana nazarí densamente poblada de viviendas y calles. Aún se conservan restos del palacio en el interior del convento convertido a parador.

Como se ha apuntado antes, el Parador Nacional de San Francisco está rodeado de jardines. El lugar quedó destrozado y abandonado cuando se marcharon las tropas napoleónicas, de ahí que comenzara a llamarse Secano. Torres Balbás inició una intervención en el lugar a principios del siglo XX recuperando las estructuras de las viviendas y plantando las famosas hileras de cipreses a ambos lados de la calle que fueron recortados para simular la fachada de los edificios de la antigua medina. A los pies de los cipreses se han plantado setos de arrayán.

En la zona alta de los jardines, donde se alzan unas preciosas vistas a Sierra Nevada, aparece una enorme alberca de lo que pudo ser un palacio o residencia importante. Se accede a su patio por una pérgola rodeada de una parra. En las aguas estancadas de la alberca conviven diferentes anfibios y está plantada el alga chara que mantiene limpia el agua.

En este maravilloso vergel está la Rosaleda de San Francisco, una variedad de multitud de rosales de diferentes colores (lila, blancos, rojos, amarillos, rosas y fucsia) que se insertan dentro de los cuadros de setos de Boj y arrayanes. Este jardín tiene enormes árboles, como tres espectaculares palmeras canarias, cipreses y un pino carrasco; también hay plantados otras especies representadas por naranjos, árboles de júpiter, granados, macasares, celindos y adelfas. El espacio ajardinado conforma una hermosísima estampa natural que solo rivaliza con los jardines del Generalife.

Jardines del Partal

Jardines del Partal con la Iglesia de Santa María de la Alhambra al fondo
Jardines del Partal con la Iglesia de Santa María de la Alhambra al fondo

Los jardines del Partal se sitúan en el Palacio del Partal (el más antiguo de los conservados en la Alhambra) que constituye un espacio donde se integran restos arquitectónicos y jardín en diferentes terrazas o paratas. En primer término, nos encontramos el Albercón de las Damas que se inserta justo en frente del pórtico del Partal y la torre de las Damas, de donde coge su nombre. Todo el espacio nos recuerda mucho a la disposición del Patio de los Arrayanes de Comares con alberca central flanqueada por setos recortados de arrayanes.

La vegetación del lugar se extiende hacia los jardines anexos que son un producto de los diferentes carmenes privados existentes en el lugar antes de que la Alhambra se convirtiese en un monumento. El más representativo de ellos es el carmen de la Mezquita, junto a la Torre de las Damas.

El jardín se distribuye en un paseo irregular que se asemeja a un laberinto cuyo trazo es flanqueado por setos de Boj y donde disfrutamos de vegetación como rosales de copa, membrilleros del japón, peonías e imponentes árboles como magnolios, chopos, cipreses y tilos.

Una vez que nos alejamos un poco del Albercón de las Damas nos introducimos en los Jardines altos del Partal. Se ubican al este de los Palacios Nazaríes y siguen por el Paseo de las Torres hasta la Torre de la Cautiva. Es una maravilla pasear por este espacio donde nos encontramos restos arqueológicos de viviendas nazaríes integrados en el jardín gracias a la intervención con criterios profesionales que llevó a cabo Torres Balbás a principios del siglo XX.

Las calles de este laberinto ajardinado las conforman los setos de Boj que son recortados en diferentes formas geométricas. Dentro estos setos se incorporan diferentes flores que se asemejan a las figuras geométricas que podemos encontrar en los azulejos de decoración de los palacios de la Alhambra. El jardín continúa de manera ascendente en las denominadas paratas donde se disponen dos albercas, a modo de la disposición que encontramos en Medina Azahara, referente de la arquitectura hispanomusulmana.

Las plantas que encontramos en estos jardines altos del Partal son muchas y muy variadas: diferentes flores de estación (caléndulas, pensamientos, guisantes de olor y primaveras), la flor de la viuda, helechos como el culantrillo de pozo, membrilleros del Japón, macasares, rosales; árboles como los cipreses, magnolios y olmos. Destaca un impresionante ciprés envuelto por un bellísimo rosal de pitiminí.

JARDINES EXTERIORES DE LA ALHAMBRA

Entre los jardines que se sitúan en el exterior del recinto de la Alhambra encontramos los siguientes:

Carmen de los Mártires

Originariamente el Carmen de los Mártires fue una ermita que después pasó a convento, donde San Juan de la Cruz escribió su obra, para terminar como mansión de la alta aristocracia de finales del siglo XIX y principios del XX. Lo que más destaca es su jardín del tipo español del siglo XX, siendo uno de los mejores conservados hasta el momento.

En su interior encontramos un bosque, un jardín francés, un lago tipo inglés, un jardín español desaparecido, el hermoso jardín de las Palmeras y un patio nazarí.

Jardines del Carmen de los Mártires en Granada
Jardines del Carmen de los Mártires en Granada

Carmen de la Fundación Rodríguez Acosta

A pocos metros de las Torres Bermejas se encuentra el carmen de la Fundación Rodríguez Acosta. Fue la antigua casa del pintor granadino José María Rodríguez Acosta. Su jardín es muy bello con un claro contraste de colores entre el blanco del mármol de los edificios que lo rodean y el verde oscuro de la vegetación. Aparecen el ciprés y el agua como elementos tradicionales de los jardines granadinos pero utilizados como elementos de vanguardia.

Carmen de los Catalanes

El Carmen de los Catalanes, también conocido como Carmen de Peña Partida, alberga otro de los maravillosos jardines de Granada. Recibe este nombre por sus propietarios, la familia Miralles, quienes adquirieron esta propiedad a principios del siglo XX. Está situado junto al bosque de la Alhambra, de hecho, ocupa un 25 % de la superficie del bosque.

El jardín posee elementos de artificios de agua, así como senderos, miradores, pérgolas que ofrecen una imagen muy peculiar. En sus espacios ajardinados se disponen miradores que están ubicados en sitios estratégicos que ofrecen bonitas perspectivas e intimidad, elementos que no pueden faltar en un carmen granadino.

QUÉ TIPOS DE PLANTAS Y FLORES NOS ENCONTRAMOS EN LA ALHAMBRA

Los nazaríes fueron unos auténticos maestros de la belleza a la hora de diseñar los jardines. Pero también introdujeron numerosas plantas y flores que hoy en día siguen apareciendo en los espacios verdes de la Alhambra, y que en algunos casos ya no se pueden separar de la imagen de Granada. Entre las especies introducidas por los árabes está el jazmin, el naranjo, el limonero y los lirios, entre otras. Pero hay sobre todo una que destaca en el conjunto palatino de la Alhambra:

El arrayán morisco y los setos de mirto

Visita guiada en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra
Visita guiada en el Patio de los Arrayanes

El arrayán morisco constituye uno de los elementos fundamentales del Patio que le da su nombre, el Patio de los Arrayanes, aunque se encuentra en la mayoría de los espacios ajardinados de la Alhambra y el Generalife. Es una especie que se ha venido cultivando desde la Edad Media y que estuvo a punto de desaparecer. Sin embargo, un laborioso proceso de estudio y recuperación hizo volver a la vida la especie originaria. Arrayán es la palabra árabe que da nombre al mirto y viene a significar “el aromático”, ya que desprende una fragancia muy característica cuando lo tocamos con los dedos.

Los diferentes visitantes de la Alhambra durante el siglo XVI ya hablaban de que existían por lo menos cinco especies de arrayanes siendo la gran estrella de la jardinería árabe granadina.

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