Palacio de Carlos V. Una maravilla renacentista en la Alhambra de Granada
El Palacio de Carlos V fue el legado que dejó en la Alhambra el rey más poderoso del mundo en aquella época: Carlos V de Alemania y I de España. Tras su visita a Granada se quedó completamente fascinado con la Alhambra, y mandó construir un palacio que estuviera a la altura de su figura. Este es el origen de Palacio de Carlos V.
¿Dónde está ubicado?
El Palacio de Carlos V está ubicado dentro del recinto de la Alhambra. Hay dos formas de llegar:
- Caminando: desde Plaza Nueva subiremos por la Cuesta de Gomerez, cruzaremos la Puerta de las Granadas y el bosque de la Alhambra hasta entrar en el recinto; también se puede subir por la Cuesta del Rey Chico desde el Paseo de los Tristes.
- En autobús: las líneas que llegan son la C30 y la C32.
Si quieres una información más detallada sobre las posibles alternativas para llegar a la Alhambra, el siguiente artículo te despejará todas las dudas:
Horario de visita y precios
Afortunadamente la visita al Palacio de Carlos V es gratuita. Solo hay que subir a la Alhambra, donde se encuentra ubicado, y entrar para disfrutar de unos de los edificios renacentistas más impactantes de Granada. Tanto el Museo de la Alhambra, como el Museo de Bellas Artes, que se sitúan en el interior del palacio, también son gratuitos, tanto para españoles como para ciudadanos de la Unión Europea.
El horario de apertura del Palacio de Carlos V varía según la época del año. En invierno el horario habitual es de 9:00 a 18:00 horas; en verano se amplía de 9:00 a 20:00 horas.
Información general para una visita a la Alhambra
Si quieres visitar la Alhambra de Granada, los siguientes artículos seguro que son de tu interés:
Historia de su construcción
Carlos V se casó en Sevilla con Isabel de Portugal en 1526. El matrimonio regio decidió pasar la luna de miel en Granada, y fue en la Alhambra donde se instaló la corte. Carlos V se quedó completamente maravillado del complejo palatino nazarí. Fue allí donde decidió que había que construirse un palacio que estuviera a la altura de su inmenso poder, que ensombreciera a la Alhambra y que reflejase el triunfo de la cristiandad sobre el islam.
Su construcción dio inicio en 1527, y durante siglos pasaría por diversos avatares. En 1572, coincidiendo con la rebelión morisca en la Alpujarras, las obras quedaron casi paradas, hasta su paralización definitiva en 1637 por decisión de Felipe IV. El palacio se quedó entonces a medio construir con solo las fachadas y el interior. Faltaban las cubiertas y la capilla octogonal. Es casi un milagro que el Palacio haya llegado a salvo hasta nuestros días, puesto que durante la invasión napoleónica el ejército francés lo utilizó como almacén para su polvorín.
Entrado el siglo XX Torres Balbás decidió llevar a cabo un proceso de reactivación del edificio, comenzando a techarse todo el cuerpo de piedra. Las reformas continuaron hasta 1958, fecha definitiva de la finalización de la construcción del Palacio de Carlos V. En total fueron más de cuatro siglos de construcción hasta que el Palacio quedó definitivamente finalizado.
Pedro Machuca, el arquitecto del Palacio de Carlos V
El monarca más poderoso de Occidente había hablado y quería un nuevo palacio en Granada. Dio la casualidad que en aquellos momentos el arquitecto Pedro Machuca estaba viviendo en la Alhambra. Fue propuesto ante el emperador por el gobernador de la Alhambra. De esta manera comenzaron los trabajos en 1527, bajo su dirección.
Pedro Machuca era un artista que trabajó en Italia como discípulo, ni más ni menos, de Miguel Ángel. Había nacido en Toledo, pero fue en Italia donde se formó estilísticamente. Cuando volvió a España se ocupó de pintar la Capilla Real de Granada, así como la de otras ciudades como la de Jaén y Toledo. Pero sería el encargo que le haría Carlos V el que lo encumbraría a la historia. La obra fue de tal magnitud que el emperador y el propio Pedro Machuca no la pudieron ver terminada.
Pedro Machuca muere en 1550 y deja terminadas la estructura, así como las fachadas, aunque no las portadas. No obstante, el proyecto sí lo dejó finalizado y de él se sirvió su hijo, Luis Machuca, que continuó la obra de su padre.
Estilo artístico del Palacio de Carlos V
Hay mucha especulación sobre quién decidió el estilo artístico del nuevo palacio. Para muchos fue el propio gobernador de la Alhambra en aquellos momentos, Luis Hurtado de Mendoza, quien sugirió el estilo “romano”, debido a que su familia fue la responsable de introducir en Castilla las innovaciones artísticas italianas.
Para otros investigadores del tema, la idea pudo surgir del italiano Baldassare Castiglione, amigo del gobernador, y que tuvo una gran relación de amistad con Rafael. En cualquier caso, el proyecto fue asignado definitivamente al arquitecto Pedro Machuca.
Pedro Machuca quiso hacer algo diferente a lo que se estaba haciendo en España durante aquella época. El estilo plateresco lo inundaba todo, y el arquitecto proyectó un palacio renacentista de estilo manierista, una vertiente estilística que estaba dando sus primeros pasos en Italia. Esto convertía el Palacio de Carlos V en algo revolucionario en España.
El edificio fue diseñado utilizando las formas clásicas griegas y romanas de la antigüedad, tal y como había puesto de moda el Renacimiento italiano. Lo primero que impacta a los visitantes cuando se acercan a ver el palacio es su robustez y majestuosidad, en contraste con los restantes edificios nazaríes de la Alhambra. Toda una declaración de poder del emperador Carlos V.
EDUARDO DÍAZ. Guía oficial de la Alhambra
El proyecto original
El plan original de Pedro Machuca contemplaba algo más que el palacio. Alrededor del edificio se querían crear tres áreas adyacentes con una plaza de armas delante que tendría distintas dependencias y otra área en su lateral con caballerizas.
El elemento de unión de todo lo planificado se suponía que debía ser un arco del triunfo que partiendo del palacio se alinearía con la Puerta del Vino y cruzaría por lo alto la denominada Calle Real Alta de la Alhambra. Se quería aprovechar este eje urbano para integrar el palacio en el urbanismo de la Alhambra. Este proyecto en su totalidad no se llevó a cabo, pero aún queda en el lateral del Palacio de Carlos V el arranque de dicho arco:
Planta
La forma elegida para su planta constituyó una verdadera innovación en el siglo XVI: un patio circular integrado en un edificio de forma cuadrada. Es la simbiosis de las dos formas geométricas más básicas. El edificio tiene dos plantas, y en total mide 17,40 metros de altura por 63 metros de longitud, estando unido por una de sus esquinas al alcázar árabe.
El cuadrado exterior representa el mundo terrenal mientras que el circulo interior simboliza la Creación. Ambos están conectados por la capilla octogonal que enlaza esta imponente edificación de piedra con el Palacio de Comares mediante la cripta.
Las fachadas
Las fachadas occidental y sur son las que están completamente decoradas, siendo las más relevantes. El lateral sur daba acceso a los aposentos de la emperatriz mientras que el lateral oeste nos introduce a la zona palatina del emperador y es la entrada al palacio. Las fachadas oriental y norte solo están decoradas parcialmente y se distinguen dos niveles que se corresponden con sus dos pisos: inferior y superior.
Parte inferior
La fachada inferior está diseñada con almohadillados (bugnato rustico), piedras talladas que sobresalen del muro, muy al estilo renacentista italiano de estilo toscano o dórico. Las pilastras se integran en este almohadillado a cuyos sillares se fijan anillas de bronce sostenidas por cabezas de águilas y leones: son las denominadas argollas.
Las argollas que cuelgan de las paredes son elementos muy curiosos. Algunas son cabezas de águilas que sostiene la cara de un personaje que se nos presenta con la boca abierta. Las águilas están siempre situadas dos y dos en cada esquina; en el resto de la fachada están las argollas con cabeza de león que sostienen en su boca una columna jónica curvada que es envuelta por una bandera donde está inscrito el lema plus ultra.
Parte superior
La fachada superior proyecta un estilo renacentista más tardío. Las almohadillas dejan paso a una superficie lisa, con pilastras más del estilo jónico y unas ventanas con vanos adintelados por frontones.
Como elemento relevante, en la parte superior de la fachada nos encontramos los pedestales de las pilastras que tienen los emblemas de Carlos V: las columnas de Hércules entrelazadas por un estandarte en el que pone plus ultra y el globo terráqueo justo en el centro. También aparece en estos pedestales el emblema del toisón de oro en el que Carlos V era maestre desde 1516. Se diferencia con el otro emblema porque encontramos el aspa de San Andrés, patrón de la orden.
También podemos observar en los frontones de las ventanas los pequeños niños angelitos, que son denominados putti alados, que se incorporan como figuras decorativas características del arte renacentista; también se deja ver en los tímpanos, de nuevo, la cruz de San Andrés. En lo más alto del edificio se nos presenta una cornisa corintia en la que aparecen leones que le dan un aspecto muy impresionante para coronar todo el conjunto monumental palatino.
Las portadas
Toda esa horizontalidad que encontramos por todo el edificio solo es interrumpida por las dos portadas de mármol situadas, a modo de arcos del triunfo, en sus dos lados principales.
Portada sur
Esta portada aparece delimitada en ambos lados por pares de columnas sobre basamentos con relieves. Los basamentos de esta portada son enormemente interesantes. Aparecen escenas de lo que se denomina acumulación de trofeos: hay armaduras, cascos, flechas, espadas y un largo etcétera. Es una metáfora de la acumulación de los trofeos tras la conquista de Granada.
En la planta baja se dispone un gran portón flanqueado por una pilastra de orden jónico a cada lado y coronado por un frontón triangular sobre el que se sitúan figuras simbólicas de las Victorias.
En la planta alta las columnas tienen un estilo corintio y se asientan sobre basamentos con relieves mitológicos. Estos basamentos se prolongan hacia el interior para destacar los ventanales que hay entre ellos. Estos ventanales de la parte superior de la portada utilizan una combinación de arco de medio punto con huecos adintelados a los lados. Este recurso arquitectónico renacentista se denomina serliana y era muy utilizado en fachadas y portadas.
Portada principal
La portada principal generó muchos problemas a la hora de su construcción. Pedro Machuca comenzó utilizando la piedra arenisca con la que posteriormente se levantó la estructura del edificio. Pero Carlos V no le gustó la idea y ordenó que la portada principal se construyese en mármol.
En los basamentos de las columnas corintias que flanquean la entrada encontramos relieves de una batalla. En el relieve se observa, montado a caballo, la figura de Carlos V, con su peculiar armadura puesta, diferente de las armaduras del resto de soldados. Esto ha dado la pista definitiva sobre qué batalla se está representando. Según los historiadores, la armadura del emperador entró en escena por primera vez en la batalla de Mühlberg. Sería este el enfrentamiento del relieve ya que muchos historiadores coinciden en la importancia que tuvo en su reinado.
La puerta principal da la imagen de un gran arco romano y está escoltada por columnas jónicas y pilastras en la parte inferior. En la parte superior la gran ventana está acompañada de columnas corintias. A los lados de la puerta aparecen, además de los relieves que representan la batalla de Mühlberg anteriormente explicados, otros dos relieves con mensajes como el siguiente:
«El deseo del emperador es la paz universal»
¿Qué materiales se emplearon para su construcción?
El material empleado para levantar tan majestuoso edificio imperial era una piedra arenisca que provenía de la propia provincia de Granada, más concretamente de las actuales localidades de Escúzar y La Malahá. Lo curioso es que se trataba de una piedra blanca.
Originariamente la piedra del palacio debía haber sido blanca y el mármol de las portadas de un gris más azulado que lo que vemos hoy en día. El color dorado de la actualidad es provocado por los elementos ferrugionosos que contenía la piedra y que con el tiempo han ido borrando el color blanco originario. Aunque hay algunas partes del edificio donde aún se puede observar la blancura de la piedra.
Interior del Palacio
El edificio en su interior sobrecoge por su grandiosidad y austeridad. En su patio cualquier visitante se siente pequeño. Los pasillos interiores del palacio que siguen su camino circular están decorados en su techumbre con cajetones de madera que son muy impactantes.
En el interior también encontramos las estancias que albergan dos importantes museos: el Museo de la Alhambra y el Museo de Bellas Artes, que albergan colecciones de arte nazarí y una selección de pintura y escultura barroca granadina.
El patio
El patio está sobreelevado con respecto al nivel que encontramos fuera del recinto. Se accede a él a través de la puerta de la portada principal cruzando el zaguán y subiendo unas escaleras.
Planta baja
A todo visitante le sorprende el patio circular que se abre ante sus ojos nada más entrar. En un patio rodeado de 32 columnas de piedra pudinga procedente de la localidad granadina de Loja. La textura que presenta este material es muy curiosa. Si nos acercamos a las columnas veremos un hormigón muy original que nos da la sensación de tener piedras incrustadas. Las columnas son de estilo dórico-toscano que soportan un precioso friso de triglifos y metopas.
Las galerías de los pasillos de la planta inferior están cubiertas por una bóveda anular hecha de una piedra muy tosca que probablemente sería dispuesta para recibir pinturas al fresco.
Planta superior
En la planta superior nos volvemos a encontrar 32 columnas que ahora presentan un estilo jónico que fueron levantadas en 1619. Como hemos apuntado antes, el palacio no fue techado hasta que, entrado el siglo XX, Torres Balbás reactiva el proyecto. Hasta entonces la galería de la parte superior estaba a cielo abierto.
Es Prieto Moreno quien diseña el artesonado de madera que hoy en día cubre la galería. Las dos grandes escaleras que suben al piso superior fueron diseñadas por el arquitecto Fernández Lechuga en 1635
Los usos culturales
Desde que se levantó el edificio surgieron muchas propuestas para darle una función: desde residencia real, pasando por alojamiento para los militares o, incluso, se abordó la idea de servir como residencia a Franco durante la dictadura. Ninguna de ellas llegó a materializarse.
Mientras el edificio seguía sin tener una función pública clara se celebraron en su interior corridas de toros, conciertos y obras teatrales a lo largo del tiempo. Cuando Torres Balbás acomete las obras para finalizar el edificio, se instala en su interior un pequeño Museo Árabe en 1928. Después pasó a albergar las oficinas, los archivos y las bibliotecas del Patronato de la Alhambra. En 1958 se inauguró definitivamente el Museo Provincial de Bellas Artes y después abrió al público, en la planta baja, el Museo de la Alhambra.
El Museo de Bellas Artes
Se ubica en la planta alta y expone una escogida selección de pinturas, así como exposiciones temporales. Las pinturas granadinas de sus galerías pertenecen al siglo XVI y XVIII y son de temática religiosa.
Entres sus piezas más famosas destacan en Entierro de Cristo, de Jacobo Florentino y el Bodegón del cardo, de Juan Sánchez Cotán. Pero no podemos olvidarnos de las colecciones de pinturas barrocas, neoclásicas y románticas, así como de pinturas granadinas, de los siglos XIX y XX.
Museo de la Alhambra
El Museo de la Alhambra fue creado en 1870 bajo el nombre de Museo Nacional de Arte Hispanomusulmán. Desde 1994 quedó adscrito al Patronato de la Alhambra y se trasladó su ubicación al interior del Palacio de Carlos V. Se encuentra en el ala sur del palacio y se dispone en siete salas ordenadas cronológicamente.
En su visita podemos admirar la evolución del arte hispanomusulmán, así como colecciones de arte nazarí, a través de las piezas y elementos procedentes de las excavaciones e intervenciones de la Alhambra. El objeto más preciado del museo es el Jarrón de las Gacelas que data del siglo XIV; también encontramos un plato califal procedente de Medina Azahara (Córdoba) y piezas de ajuar nazaríes.
En sus galerías se exponen zócalos de alicatados originales de las diferentes salas de la Alhambra, yeserías (como la del mirador del Patio de la Acequia en el Generalife y maderas, como la extraordinaria puerta de la Sala de Dos Hermanas del Palacio de los Leones. También se exponen un cofre nazarí con fragmentos de marfil, una alacena de dos grandes hojas y un tablero de ajedrez que data del siglo XIV, entre otras muchas piezas.
Las imágenes más bellas del Palacio de Carlos V
5 Curiosidades del Palacio de Carlos V
La construcción de esta extraordinaria edificación, además de ser un proceso largo y difícil, tuvo aparejado muchas curiosidades que han pasado desapercibidas por la historia, pero que son interesantes de conocer.
- Cuando el emperador Carlos V mandó levantar el palacio, se puso en marcha toda una operación para captar los recursos económicos necesarios. El Palacio de Carlos V también se lo debemos en parte a Don Luis Hurtado de Mendoza, Capitán General de Granada y alcaide de la Alhambra, amigo personal del emperador. Mendoza estableció nuevos impuestos a los moriscos de Granada a cambio de conservar sus propiedades, aunque esto no fue suficiente. Más adelante se lograrían captar más recursos procedentes del alcázar de Sevilla y de los azúcares granadinos.
- Para la construcción del palacio se derribó una parte de la Alhambra, más concretamente, el pabellón opuesto a la Torre de Comares. Esto creó un rechazo entre la población que no lo vio con buenos ojos. Sin embargo, con el paso del tiempo se vio que el palacio se integraba perfectamente con el entorno de la Alhambra. La majestuosidad y grandeza del edificio terminó por fascinar a todo el que se acercaba a verlo.
- No siempre se llamó Palacio de Carlos V. Antiguamente se le denominaba “Palacio Nuevo” para distinguirlo de los “Palacios Viejos” nazaríes.
- Aunque su iniciador fue Pedro Machuca, el palacio tuvo muchos arquitectos. Las fachadas sur y occidental fueron terminadas por su hijo, Luis Machuca, quien le sucedió en tan magna obra y terminó de construir el patio circular. Solo se pudo terminar en 1958, casi cuatro siglos y medio después.
- El palacio se ideó como un nuevo Ara Pacis. Con el reinado del emperador se instauraba un nuevo orden en el que predomina la paz universal, y quedaba abolida la guerra.
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