Por supuesto que se puede visitar la Alhambra con lluvia, siempre y cuando este factor no te moleste. Mucha gente prefiere visitar el monumento en otoño y en invierno, evitando la masificación que suele producirse en verano. La Alhambra en días grises de lluvia tiene su encanto, y las imágenes con niebla son preciosas.
En días de lluvia, hay que preparase bien para disfrutar del monumento, por eso te aconsejamos lo siguiente en la visita:
La Alhambra no deja a nadie diferente, incluso los días de lluvia. Ese olor a tierra mojada mientras paseas por sus jardines y palacios, es una sensación que merece ser sentida. El paisaje que nos deja el bosque de la Alhambra en otoño es precioso. Es un verdadero placer ver los colores intensos reflejados en las frondosas ramas de los árboles del bosque de la Alhambra, así como el reguero de hojas amarillentas que escoltan el camino. Y el sonido del agua en sintonía con los pájaros.
Es precioso visitar el complejo de la Alhambra por dentro en los días nublados y de lluvia, pero en este caso os vamos a recomendar algo muy diferente. Un paseo por el exterior, por el bosque otoñal de la Alhambra, una estampa impresionante que nadie debería perderse.
Pasear por el bosque de la Alhambra un día de lluvia es una experiencia muy recomendable. Pero volvemos a insistirte para que vayas bien preparado y abrigado, así evitarás un resfriado. Una vez listo, te recomendamos el siguiente recorrido: desde la cuesta de Gomérez, pasando por la Puerta de la Justicia, seguiremos el recorrido y atravesaremos la Puerta de las Granadas y continuaremos por el paseo central.
Si la lluvia nos deja, hay bancos donde podemos sentarnos a contemplar la maravillosa estampa, y que nuestros sentidos puedan inundarse de los ruidos y olores con los que nos deleita el bosque de la Alhambra. Podremos observar como álamos centenarios, o los castaños de Indias, se desnudan para ir dejando a nuestros pies una alfombra de hojas que nos van indicando el camino.
Una vez arriba podemos tomar varios caminos: dirigirnos al Carmen de los Mártires, al auditorio Manuel de Falla o a las Torres Bermejas. Durante el camino nos encontraremos el Pilar de Carlos V y las esculturas en honor a Ángel Ganivet y Washington Irving. Para quien no lo sepa, todo el paseo del bosque de la Alhambra es peatonal, así que no tendremos problemas para disfrutar de la lluvia a nuestro ritmo. Y una última cosa. ¡Cuidado con las castañas! Te pueden caer en la cabeza desde lo alto, aunque dicen que trae buena suerte a quien le toca.
