El Mirador de Lindaraja: las vistas más bellas de la Alhambra
El Mirador de Lindaraja, también llamado Mirador de Daraxa, es uno de los rincones más singulares de la Alhambra. Desde él se contempla el Patio de Lindaraja y posee un techo de cristal abovedado con multitud de variedades cromáticas que es único en todo el conjunto palatino. ¿Quieres conocer más sobre este bello lugar? Acompáñanos en esta visita.
Dónde está situado
El Mirador de Lindaraja se encuentra en el Palacio de los Leones de la Alhambra. Si entramos en la Sala de las Dos Hermanas y cruzamos la estancia entraremos en la Sala de los Aljimeces. Una vez la atravesamos, justo en frente, nos aparece en todo su esplendor un exquisito mirador, uno de los rincones más bellos de toda la Alhambra.
Este mirador se encontraba originariamente abierto al paisaje y con hermosas vistas a la ciudad de Granada. Se cree que habría un huerto-jardín a sus pies que se extendería hacia la muralla de la ciudad palatina. Hoy en día nos encontramos el Patio de Lindaraja que fue levantado en el proceso de reformas que se realizaron para albergar al emperador Carlos V y su esposa Isabel de Portugal cuando decidieron visitar Granada.
¿Quieres visitar la Alhambra?
La Alhambra de Granada es uno de los lugares más bellos del mundo, por esta razón también es el más visitado. En los siguientes artículos tienes toda la información para la visita:
¿Cuándo se construyó?
Fue Muhammad V quien mandó construir lo que hoy en día conocemos como el Palacio de los Leones. Las fechas varían según los estudios, pero la mayoría coincide que el palacio comenzó a levantarse hacia 1380. Así se construyeron la Sala de las Dos Hermanas y la Sala de los Aljimeces.
Parece ser que el Mirador de Lindaraja se levantó con posterioridad a la Sala de las Dos Hermanas, como una sala mirador septentrional con vistas a la ciudad de Granada. Originariamente este mirador fue llamado bahw de la Qubba Mayor por el poeta Ibn Zamrak. La denominación de Mirador de Lindara es muy reciente. Según algunos estudios que se han hecho, esta estancia fue añadida posteriormente ya que está adosada a las Sala de los Aljimeces y no forma parte de los muros perimetrales palatinos.
¿Cuál es el significado de su nombre?
Su nombre procede de las palabras en árabe Lin-Dar-Aixa que pueden tener varias traducciones: “La Casa de la Sultana” o “Los Ojos de la Casa de la Sultana”. En cualquiera de los dos casos, la traducción al castellano nos da muchas pistas de la función que tendría este mirador en la época. Y es que posiblemente fue construido para el esparcimiento de la sultana Aixa, aunque esto no ha sido contrastado con la documentación nazarí de la época.
A lo largo del marco de la ventana se pueden leer una serie de poemas que nos dan aún más pistas de la función que tendría este espacio tan singular de la Alhambra:
En este jardín yo soy el ojo lleno de gozo,
y la pupila de este ojo es nuestro señor
Muhammed V, alabado por su valentía y generosidad,
con notable fama y graciosa virtud.
Él es la luna llena en los horizontes del Imperio,
sus signos son perennes y su luz es brillante.
En su morada él no es otro que el sol,
cuya sombra es beneficiosa.
En mí él mira desde su trono califal hacia la capital
y su reino entero.
Arquitectura y planta
El Mirador de Lindaraja es una sala cuadricular con dos balcones en su cara norte compuestos de dos arcos apuntados que forman el mirador con vistas al Patio de Lindaraja. La Qubba Mayor de la sala está edificada sobre una planta abovedada. La estancia principal cuadrada está rodeada de dos pasillos: un pasillo deambulatorio y un pasillo en forma de “U”. Como hemos dicho antes, es un espacio que se añadió posteriormente al muro perimetral del Palacio de los Leones.
El techo del Mirador de Lindaraja
El techo, levantado a modo de linterna cenital, tiene una cubierta a cuatro aguas que sobresale por encima del techo de la propia sala de Lindaraja. Es una estructura abovedada de madera compuesta por cristales de colores bien ensamblados; una cúpula única, no existiendo una igual en toda la Alhambra. Este es el ejemplar que se ha conservado, pero podemos imaginar cómo serían los cierres y las celosías de las ventanas de los espacios palatinos de la época.
Para realizar este vidrio que compone el techo se utilizó la técnica del “soplado en corona” que consiste en extraer la masa vítrea al rojo derretida desde el crisol mediante una vara y girarla hasta abrirla en un círculo, de ahí su nombre. Cuando se enfría se dibujan las piezas y luego se cortan. De esta manera se hacían los vidrios nazaríes destinados a la arquitectura.
Según un texto árabe de 1362, existía en el Palacio del Mexuar un espectacular techo de cristal de este estilo, bajo el mandato de Muhammad V, que habría desparecido tras la conversión de este espacio en época de los Reyes Católicos. Pero también hay diferentes crónicas de la existencia de las bóvedas de linterna cenital en otros espacios, como en el Palacio de los Alijares. Por suerte tenemos el del Mirador de Lindaraja, para seguir contemplándolo.
La decoración de la Sala
Tras cruzar la Sala de los Ajimeces nos encontramos un precioso arco apuntado compuesto de mocárabes colgantes que está inserto en otro arco decorativo polibulado y apuntado que son la entrada a la estancia. Tras esta, y en todo su esplendor, se nos abre ante nuestros ojos el Mirador de Lindaraja.
Los alicatados de la sala
En el Mirador de Lindaraja se encuentran los más bellos zócalos de todo el Palacio de los Leones. Los azulejos de las paredes inferiores dibujan pequeños mosaicos con estrellas geométricas. También son espectaculares los azulejos que cubren las jambas del arco de entrada por las inscripciones epigráficas en cerámica de su parte superior, muy poco frecuentes.
Se aplica el diseño geométrico en los azulejos de la estancia, así como en otros lugares de la Alhambra. Toda la decoración se asienta bajo un patrón de los cánones de proporcionalidad clásicos. De esta manera la geometría de los azulejos se hace dinámica gracias a la gran cantidad de formas y figuras que se generan.
En los alicatados del Mirador de Lindaraja encontramos estrellas de 8 puntas denominados octógonos salomónicos, que a su vez desarrollan ruedas de “zafates” que van configurando nuevos octógono y así sucesivamente. Los azulejos presentan gran variedad cromática, desde el negro hasta colores más cálidos como el verde, el celeste o el color miel, que se van entrelazando y equilibrando como si de una bella sinfonía se tratase. Todo un espectáculo para la vista del visitante.
Las yeserías
Al igual que los zócalos, las yeserías de la parte superior de las paredes son una verdadera maravilla. Por todo el mirador aparecen inscripciones epigráficas y la decoración de yeserías presentan temas de ataurique de superficie convexa. Son composiciones de escritura cúfica con desarrollo de sus cintas de prolongación dispuestas con rigurosa simetría axial.
En los laterales de la estancia y sobre las ventanas de ambos lados aparecen las siguientes inscripciones árabes extraídas de citas del Corán: Allahu jayrun hifzan, wa-Huwa arhamu l-rahimin y Sadaqa Allahu al-‘Azim (“Dios es quien cuida mejor”, “es la suma misericordia” y “Dios el Grandioso ha dicho la verdad”).
La conservación y restauración de la estancia
Según la documentación de la época, en 1691 el Mirador de Lindaraja se encontraba casi en ruinas. Por este motivo se llevó a cabo una primera intervención en 1853 por el restaurador y estudioso del arte hispanomusulmán Rafael Contreras Muñoz. Se consiguió afianzar la base de la construcción para evitar su derrumbe y se retocaron los arcos de herradura del mirador. Posteriormente se restauraron la solería de la estancia y las yeserías de las paredes.
La conservación del techo del Mirador de Lindaraja ha sido una de las máximas prioridades en la Alhambra. Como hemos apuntado antes, esta solución decorativa tan bella habría estado en otros palacios, como el Mexuar, pero solo nos ha llegado la que se encuentra en el mirador. Al ser una pieza única, la intervención que se llevó en 2010 por el Patronato de la Alhambra y el Generalife buscó su conservación mediante un proceso minucioso que llevó su tiempo.
Fue necesario retirar cada pieza de vidrio de la estructura y limpiarla químicamente para luego volver a colocarlas. También se intervino la estructura de la madera para facilitar el mantenimiento posterior del techo. Se instalaron plataformas auxiliares para su sujeción y, además, se colocaron luces Led para que los visitantes pudieran contemplar con todo detalle la variedad cromática del vidrio.
Las vistas del mirador: el Patio de Lindaraja
Las vistas del Mirador de Lindaraja dan a un bello patio denominado Jardín de Lindaraja o Patio de Lindaraja. Aparece en el siglo XVI con las habitaciones de Carlos V que ya se comenzaron a cerrar en tiempos de los Reyes Católicos con la construcción de unas primeras estancias.
El patio adoptó el nombre del mirador que lo vigila desde lo alto. Es un espacio de crucero cerrado por tres crujías. El centro lo ocupa una fuente de estilo barroco colocada en 1626 y construida en piedra proveniente de Sierra Elvira. La taza superior de la fuente es una copia de la original árabe que se encuentra expuesta en el museo de la Alhambra.
No se sabe muy bien qué tipo de vegetación crecía en este lugar en el siglo XIV, pero el ajardinamiento actual se origina en el siglo XIX. Nos encontramos en este lugar setos de boj, agapantos, peonias y cipreses de más de 20 metros.
El patio de Lindaraja es uno de los más famosos rincones románticos de la Alhambra y un paseo por él es toda una experiencia para los cinco sentidos. Desde el mirador, el jardín se nos presenta en toda su belleza y tenemos la suerte contemplarlo y pasear por él en una visita a la Alhambra.
¿Quieres conocer más rincones mágicos de la Alhambra y Granada?
¿Qué te ha parecido el artículo? Es muy importante para nosotros que lo valores
¡Haz clic en una estrella para puntuar!
Calificación 5 / 5. Votos: 2
Por favor... ¡para mí es muy importante!
¡Siento que este contenido no haya cumplido tus expectativas!
¿Me cuentas qué has echado en falta?
Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?