Historia de la catedral de Granada. Dos siglos de construcción

La historia de la catedral de Granada, llamada también Santa Iglesia Catedral Metropolitana de la Encarnación de Granada, está llena de obstáculos desde que se planeó su construcción. Esta imponente catedral es una de las más grandes de España y se concibió tras la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos. Sin duda, la ciudad de Granada es muy privilegiada, al tener dos inmensas joyas únicas: la Catedral y la Alhambra. ¿Quieres conocer su historia y su arquitectura? Acompáñanos en esta visita virtual.

Origen e historia de la catedral

Estamos en 1492, y la conquista de Granada por los Reyes Católicos planteó nuevos retos. Los monarcas cristianos quisieron convertir la ciudad en la nueva sede diocesana, con su iglesia catedral que estaría dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación. Este fue el uso que se le dio primeramente a la Mequita Mayor de la Alhambra, pero Isabel la Católica quería que la catedral se instalase en la mezquita mayor de Granada. Isabel quería enterrarse en Granada y mandó construir la Capilla Real en 1054. En torno a la Capilla se empezó a concebir la idea de construir un templo apropiado que acompañase a tan distinguida obra.

Con la muerte de Isabel el proyecto se vio paralizado durante años, hasta que su nieto, el emperador Carlos V, reinició las obras en 1519 para cumplir con el testamento y los deseos de su abuela. Con Carlos V se vivirá una etapa de esplendor renacentista en Granada, puesto que también mandaría construir el Palacio de Carlos V en la Alhambra. En 1523 dan inicio las obras con una curiosa ceremonia en la que se colocó la primera piedra. Quedaban por delante dos siglos de obras salpicadas por multitud de problemas: divergencias en la construcción, paralización de obras por problemas económicos, retrasos, cambio de proyectos…

El primer arquitecto que se encargó del proyecto fue Enrique Egas, hasta 1526, fecha de visita de Carlos V y su esposa Isabel que se encontraban de luna de miel en la ciudad. El emperador quería que la catedral de Granada tuviese un panteón donde reposasen sus abuelos y todos los monarcas españoles. Este hecho fue determinante para su estilo arquitectónico.

Enrique Egas quería plantear un edificio gótico, algo que fue desechado, ya que su dignidad imperial, como César y sucesor de los antiguos emperadores romanos, estaría mejor sepultado en un edificio de estilo de la Antigüedad Clásica. La historia de la catedral de Granada se marcaba con el sello distintivo del Renacimiento.

Diego de Siloé y la catedral de Granada

En 1523 se le da un nuevo impulso a la construcción de la catedral y se le confía el proyecto a Diego de Siloé, que se dedicaría en cuerpo y alma a su construcción durante más de 30 años, hasta su muerte en 1563. Este arquitecto imprimió al edificio el estilo arquitectónico imborrable del renacimiento. Con él al mando la catedral comenzó a coger forma.

En 1540 se cubrió la capilla central del ábside, y en 1557 se finalizó la construcción de la capilla mayor. Dos años más tarde se terminaron las bóvedas de la girola, y con estas, el total de la cabecera de la catedral. La Puerta de San Jerónimo en su totalidad, y el primer cuerpo de la Puerta del Perdón, fueron acabados antes de que el ilustre arquitecto y escultor muriese.

El plan de Diego de Siloé era construir una catedral con un deambulatorio circular y capillas radiales, y cuya nave de la basílica tuviera forma de cruz mediante un transepto secundario que cruzaría la nave central. Esta mezcla de planta circular para la capilla mayor con una nave basilical fue innovadora, al menos en la Península.

La finalización de la catedral

Pero nuevos problemas asomaron el horizonte. A la muerte de Diego de Siloé acontecieron graves inconvenientes: la ausencia de un nuevo arquitecto que continuara las obras, la falta de liquidez para continuar el proyecto y la rebelión de los moriscos en 1568.

Hasta 1577 las obras estuvieron casi paralizadas de nuevo, aunque se avanzó algo, como la construcción del primer cuerpo de la torre, y entre 1578 y 1558 se trabajó en el campanario. Entrado ya el siglo XVII se cubrió el brazo del crucero, dirigiendo las obras Ambrosio de Vico, primeramente, y Miguel Guerreo posteriormente. Entre 1667 y 1684 se levanta la famosa fachada de la catedral bajo la dirección de Alonso Cano. En los primeros años del siglo XVIII se da el último impulso a la construcción y se instalan los pilares, muros y bóvedas de los últimos tramos de los cuerpos y naves. En 1704, casi dos siglos después del inicio de las obras, la Catedral de Granada quedaba oficialmente finalizada.

Curiosidades sobre la catedral de Granada

La historia de la catedral de Granada aún sigue guardando muchos secretos, curiosidades y leyendas. Queremos desvelarte algunos de ellos que seguro te van a sorprender, que no forman parte de la historia oficial, pero que dieron forma a lo que hoy en día este imponente edificio:

El plan originario de Diego de Siloé era construir dos torres en ambos lados de la catedral, pero terminó desechándose la idea por motivos de cimentación, ya que no se tenía claro que fuera capaz de aguantar la estructura. Se planeó que la torre tendría 6 cuerpos, pero debido a los derrumbes se desmontaron varios cuerpos y quedaron 3. La torre actual tiene casi 60 metros de altura, lo que da una idea de la ambición del proyecto originario.

La torre de la catedral ha sido, hasta hace poco tiempo, utilizada como vivienda. Y es que allí habitó Salmerón, el campanero. Tenía incluso un gallinero y una zona para cultivar. Antes que Salmerón habitaron otras personas, como Alonso Cano, el diseñador de la fachada de la catedral.

Se ha discutido mucho sobre la pretendida relación que existe entre la planta de la catedral de Granada con el Santo Sepulcro. Parecer ser que Diego de Siloé conocía el Santo Sepulcro y diseñó una catedral que fuera el nuevo adalid de la fe cristiana.

La catedral se concibió como panteón de los Austrias, o al menos esta era la intención de Carlos V. Sin embargo, fue Felipe II el que decidió que los restos de los monarcas españoles descansasen en el Escorial.

Una de las leyendas cuenta la historia de un aprendiz escultor que quería trabajar en las obras de construcción de la catedral. Hizo todo cuanto pudo para acercarse al maestro Diego de Siloé. Fue tal su persistencia que el arquitecto concedió hablar con él. Le dio una piedra y le dijo: ¡Haz lo que sea, un demonio!, para que se callara. El muchacho esculpió un demonio de la piedra que dejó atónito a Diego de Siloé, que lo incorporó a las obras y puso al demonio de piedra esculpido en la Puerta de los Colegios. La leyenda dice que ese muchacho era Juan de Maeda, el arquitecto sucesor de Diego de Siloé en las obras de la catedral.

Visita guiada a la Catedral de Granada

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